En comparación con muchos países, vivir en Puerto Rico es seguro. La isla completa es tan segura como el resto de los Estados Unidos continentales, con la ventaja de que aquí la mayoría de los ciudadanos son bilingües (español e inglés) por lo que es más probable poder ayudar inmediatamente o solicitar ayuda para alguien en apuros a través del 911, el número de teléfono de emergencia (a veces conocido como el número de teléfono universal de emergencia o el número de servicios de emergencia), que permite a la persona que llama comunicarse con los servicios locales de emergencia. El Negociado de la Policía de Puerto Rico y los municipios con cuerpos de guardias (policías) municipales son los encargados de mantener y hacer valer la ley y el orden en la isla. No obstante, existen áreas en Puerto Rico catalogadas como “hot zones” donde no es recomendable visitar. Para conocer cuáles son esas áreas acceda aquí.
El Gobierno de Puerto Rico ha implementado a través del Departamento de Seguridad Pública (DSP) métodos y tácticas de seguridad eficientes para mejorar la seguridad en Puerto Rico. El DSP se creó a través de la Ley Núm. 20-2017 para “promover un sistema de seguridad más efectivo, eficiente, funcional y que trabaje de forma integrada entre sus componentes y con otras agencias del Gobierno de Puerto Rico”. A través de su página, puedes conocer una lista de los “hot zones” y el “crime mapping”.
Las instituciones educativas cuentan con una amplía información sobre la seguridad en sus campus y les brindan asesoramiento y orientación a sus estudiantes sobre la seguridad y sobre cómo manejar una situación de emergencia.
A los estudiantes de nuevo ingreso a cualquier universidad o institución de educación postsecundaria en Puerto Rico y en cualquier parte del mundo les encanta la sensación de libertad, euforia y de comenzar una nueva y muy significativa etapa en su vida, la de estudiante universitario con todos los retos, preocupaciones, sacrificios, logros, alegrías y satisfacciones que puede representar. Sin embargo, con la responsabilidad de ser adultos y valerse por sí mismos, viene una mayor conciencia de la seguridad personal. Los estudiantes de nuevo ingreso pueden estar en riesgo de sufrir delitos y lesiones personales, especialmente porque algunos estafadores y delincuentes podrían enfocarse en estudiantes universitarios.
Esté alerta a sus alrededores. Sea cuidadoso y no camine distraídamente. Prestar atención a su celular en lugar de a sus alrededores puede ocasionar que accidentalmente usted se meta en tráfico. Al no estar atento a su alrededor en grupos o en público, puede ponerle en riesgo de sufrir un robo u otros delitos.
Practique la seguridad en los dormitorios. Asegúrese de que su cuarto o departamento fuera del campus cuenta con un detector de humo, así como con una cerradura resistente. Considere una cerradura de seguridad y utilícela con regularidad. Si nota cualquier problema con la iluminación, escaleras, ventanas, o puertas, asegúrese de reportarlo a los encargados de administrar o a las autoridades de la residencia. Dé seguimiento para garantizar que se arregle. Los encargados o la universidad pueden ser señalados responsables en una demanda por responsabilidad de predios si no toman las precauciones necesarias para mantener segura la propiedad y como resultado los residentes resultan lesionados.
Familiarícese con los recursos de seguridad de la universidad. Su universidad podría tener un programa de regreso a casa para que usted llegue con seguridad después de anochecer, un número de emergencia, y estaciones de emergencia de luz azul donde usted puede llamar para pedir ayuda. Averigüe sobre esta y otras medidas de seguridad y familiarícese con la ubicación del puesto de seguridad del campus para que sepa a dónde ir si alguna vez necesita ayuda.
No camine sólo. Camine por los senderos y rutas más concurridos del campus y evite áreas desiertas, al igual que fuera del campus. Si está en una fiesta o evento, no se quede después de que las personas que conoce se vayan. Si está en edad legal para consumir bebidas alcohólicas y decide hacerlo, evite consumir en exceso para no perder el autocontrol de sus sentidos, emociones y su capacidad de razonamiento. Evite con firmeza y determinación a quien le ofrezca sustancias controladas como cualquier droga narcótica, de forma tal que ponga en peligro la moral, salud, seguridad o bienestar individual y/o público. Quien quiera regalarle o venderle drogas y sustancias controladas no es, ni jamás será su amigo o alguien que se preocupe por su salud y bienestar general. Busque ayuda de las autoridades universitarias y públicas encargadas de hacer valer la seguridad, las leyes, reglamentos y mantener el orden.
Confíe en sus instintos. Si no se siente seguro, confíe en ese instinto y salga inmediatamente de esa situación. No sienta pena ni vergüenza en buscar ayuda siempre que sea necesario.
Tome cursos después de clases. Muchas universidades ofrecen clases de defensa personal y de primeros auxilios, algunas veces gratuitos o a muy bajo costo. Este tipo de cursos son útiles hasta después de sus años universitarios y representan una inversión inteligente de su tiempo.
Esté alerta de lo que está sucediendo en el campus. Regístrese para recibir alertas de seguridad para que esté atento a irrupciones (invasiones) de extraños y otros problemas. De esta manera, usted puede tomar precauciones extra.
Circule con seguridad. Si tiene una bicicleta, conduce un auto, o camina, tome en cuenta la seguridad. Nunca intente circular en su bicicleta, caminar a su casa, o manejar después de haber bebido y evite los distractores cuando se dirige a su destino, como por ejemplo usar el teléfono móvil (celular) o cualquier otro dispositivo electrónico. Si necesita regresar a casa de noche, considere usar su programa universitario de regreso a casa para llegar con seguridad.
Visite a su pediatra para asegurarte que tienes todas las vacunas recomendadas y otras medidas de salud preventiva necesarias para tu edad. Pregunta sobre las vacunas contra la enfermedad por meningococo, el VPH, la tos ferina y la gripa. Aunque ya hayas recibido estas vacunas anteriormente, es probable que necesites otra dosis o un refuerzo.
Hable con su pediatra acerca de coordinar tu atención médica con tu universidad. Muchos jóvenes continúan yendo a su pediatra hasta que cumplen los 21 años. Cuando llegue la hora de hacer la transición al cuidado para adultos, su pediatra le puede ayudar.
Si tiene alguna afección médica o problema de salud, entérese de todo al respecto. Cuando vaya a ver a un médico nuevo o clínica, como el centro de salud del campus, necesitará estar informado sobre su diagnóstico y cómo tratarlo.
Si está tomando medicamentos para tratar un problema de salud o afección mental, aprenda el nombre del medicamento, cómo se toma, efectos secundarios y si no puede consumir ciertos alimentos o bebidas cuando esté tomando este medicamento.
Antes de mudarse a su dormitorio, entérese a dónde puede ir si tiene algún problema de salud. ¿Qué hospitales o clínicas se encuentran cerca? ¿Dónde se encuentra el centro de salud de los estudiantes? ¿A dónde puede ir si se encuentra cerrado, como en las noches o los fines de semana? Hable con sus padres acerca de cómo funciona el seguro médico de la familia, y asegúrese de tener una tarjeta del plan médico.
Piense en traer un kit de emergencia en su equipaje para mantenerlo debajo de su cama en el dormitorio. Una linterna y pilas, alimentos no perecederos y agua (para uso de emergencia únicamente), suministros de primeros auxilios y medicamento adicional pueden resultar de gran ayuda en el caso de tormentas, huracanes y otras situaciones en las que tenga que estar encerrado en su habitación o en el campus por un tiempo.
Participe en actividades que promuevan su salud en general. El comer adecuadamente, dormir lo suficiente (por lo menos de 8 a 9 horas en la noche), y el mantenerse activo ayudará a que tenga energía y a que reduzca el estrés.
Aproveche las opciones de alimentos nutritivos que le ofrece la cafetería o restaurante de la Universidad. Sea consciente de la cantidad de calorías que consume para mantenerse sano (cerca de 1.800 para una mujer de 18 años y cerca de 2.200 para un joven de 18 años, aunque los adolescentes activos o los atletas podrían necesitar más). Cerciórese de consumir proteína, verduras y otros alimentos nutritivos para que tenga energía para sus múltiples tareas. Manténgase alerta a los productos con grasas, azúcar y sodio. Finalmente, recuerde que consumir alimentos tarde en la noche, añade calorías a su plan.
Si tiene una enfermedad crónica, cerciórese de que sus compañeros de habitación o alguien cercano esté enterado sobre su problema de salud, señales de preocupación, sobre qué hacer en caso de emergencia. Si su problema es complejo o es muy difícil de manejar, hable con el personal del centro de salud antes de que comience al año escolar.
Los estudios revelan que la mayoría de los estudiantes en el campus no usan drogas, ni consumen alcohol o si lo hacen lo hacen con moderación. Las encuestas a los estudiantes universitarios demuestran que la mayoría tiene cero o una pareja sexual durante el año. Así que no necesita hacer ninguna de estas cosas para sentirte parte del grupo. El beber en exceso puede resultar en graves riesgos para la salud (accidentes, peleas, violación en citas/agresión sexual).
Entérese sobre los recursos disponibles para su ayuda. Con frecuencia, hay grupos de ayuda y servicios para los estudiantes en el campus para ayudar a hacer más fácil la transición a la universidad. Es normal que alguien que empieza la universidad se sienta triste algunos días, así como que extrañe a su casa o se sienta algo perdido. Si estos sentimientos duran algo más de una semana o si interfieren con su habilidad para hacer sus trabajos o disfrutar su experiencia en la universidad, busque ayuda. El centro de salud o el de consejería son buenas opciones para empezar.
Artículo 194. – Escalamiento.
Toda persona que penetre en una casa, edificio u otra construcción o estructura, o sus dependencias o anexos, con el propósito de cometer cualquier delito de apropiación ilegal o cualquier delito grave, incurrirá en delito grave y se le impondrá pena de reclusión por un término fijo de cuatro (4) años.
Artículo 195. – Escalamiento agravado.
Será sancionado con pena de reclusión por un término fijo de dieciocho (18) años, si el delito de escalamiento descrito en el Artículo 194 se comete en cualquiera de las siguientes circunstancias:
En un edificio ocupado, o en cualquier lugar donde la víctima tenga una expectativa razonable de intimidad; En aquella propiedad asignada por el gobierno para brindar vivienda pública; o Cuando medie forzamiento para la penetración. El tribunal también podrá imponer la pena de restitución Constituye delito de escalamiento agravado cuando el autor: (1) Penetra en una casa, estructura o edificio con el propósito de cometer apropiación ilegal o un delito grave y (2) cuando el edificio penetrado es un edificio ocupado.
Por tanto, son elementos del delito de escalamiento agravado: (1) penetrar en una casa, edificio u otra construcción u estructura, o sus dependencias; (2) con el fin de cometer el delito de apropiación ilegal o cualquier delito grave. Los delitos deben ser simultáneos.
¿Qué hacer si fue víctima de escalamiento?
Si llega a su propiedad y ve alguna puerta o ventana forzada no entre bajo ningún concepto y llame de inmediato a la policía o al sistema de emergencias 911 para evitar que ocurra algún incidente.
Si se dio cuenta luego de haber entrado, no toque nada, recuerde que es muy importante que le permita a la Policía de Puerto Rico inspeccionar los daños ocurridos ya que van a ser pieza clave en la investigación y a su vez los agentes de servicios técnicos se harán cargo de la recopilación de evidencia y de sacar fotos y huellas.
No permita que nadie mueva o altere la escena ya que dañaría significativamente la misma.
En esos momentos usted es el que tiene el control de la evidencia hasta que llegue la Policía de Puerto Rico. ¡AYÚDENOS!
Asegure puertas y ventanas.
No deje a simple vista herramientas, equipo, o cualquier propiedad de valor que sea atractivo al delincuente.
Instale sistemas de seguridad, entre los que se encuentran rejas, ventanas y puertas de seguridad, sistemas de alumbrado con sensores de movimiento, alarmas, entre otros.
No deseche cajas de productos o enseres eléctricos frente a la residencia, esto les da indicios a los delincuentes de que hay cosas de valor en el interior.
Si sale de viaje, deje a un familiar o alguien encargado de la propiedad y si recibe el periódico o promociones retírelo de cualquier área que esté visible en su residencia.